Querido Gabor Kiraly
tienes mi edad te entiendo, somos de misma quinta, bueno yo tengo unos años mas.
Yo fui portero, no tuve la suerte de tener tanta altura como tu pero pasé el tramo y hoy hago otro trabajo. Así que evidentemente hubo unas diferencias.
Quiero decirles a los jóvenes periodistas que en aquellos años se jugaba así, estos pantalones de algodón eran lo normal incluso el color gris “melange” era el pan de cada domingo.
Cuando se mojaban por la lluvia o incluso peor por el charco en el que uno se tiraba, pesaban como mil tractores, uno tenía la sensación de que alguien le bajara los pantalones por detrás.
Muchos porteros se ponían (yo por ejemplo) un par de pantalones cortos encima, justo para fijar bien los pantalones largos y a veces estos, los cortos, eran acolchados, y en casos peores brillantes.
Pero así se jugaba, en los campos de tierra, donde la pelota no rebotaba y el viento frío te hacía perder el sentimiento, te ponías encima todo lo que había dentro de la bolsa, aleatoriamente.
Eso Sí, Gabor seguro que tu al final del partido de hoy no te has bebido una tisana caliente (A mi mi preparador me daba “agua de rosas”, una tisana hecha por un concentrado de supuestos petalos de rosas y agua caliente)